Es fácil olvidar que la Antártida es técnicamente un desierto, hasta que lo ves sin nieve.
Un nuevo par de imágenes de satélite compartidas por el Observatorio de la Tierra de la NASA hace que esa cruda realidad sea tan clara como el hielo. El satélite Landsat-8 de la NASA tomó las dos imágenes de Eagle Island (una pequeña isla frente a la punta noroeste de la Antártida) el 4 y el 13 de febrero de 2020, un período de temperaturas récord en el continente más austral. Entre las dos imágenes, una cantidad significativa de hielo glacial de la isla desapareció, revelando enormes franjas de la roca marrón estéril debajo.
Según el glaciólogo Mauri Pelto, profesor de ciencias ambientales en el Nichols College de Massachusetts, la isla perdió alrededor del 20% de su acumulación de nieve estacional en solo unos días.
"Ves este tipo de eventos de derretimiento en Alaska y Groenlandia, pero no usualmente en la Antártida", dijo Pelto a la NASA.
La fusión coincidió no con una, sino con dos temperaturas récord registradas en la Antártida este mes. El 6 de febrero, una estación de investigación en el extremo norte de la Península Antártica (el dedo de la tierra en el extremo noroeste del continente, más cercano a América del Sur) registró una nueva temperatura récord de 64,9 grados Fahrenheit (18,3 grados Celsius), superando el récord anterior de 63.5 F (17.5 C), establecido en marzo de 2015.
Días después, el 9 de febrero, los investigadores de la cercana isla Seymour vieron sus termómetros alcanzar los 69.35 F (20.75 C), estableciendo otro récord histórico para el continente. (En comparación, esa es la misma temperatura reportada en Los Ángeles, el mismo día. ¡Balsámico!)
Como muestran las nuevas imágenes, esas altas temperaturas causaron una fusión significativa en los glaciares cercanos. Según Pelto, Eagle Island perdió casi 1 milla cuadrada (1.5 kilómetros cuadrados) de manto de nieve por el calor, creando varios estanques grandes de agua azul brillante en el centro de la isla.
Si bien cada temporada tiene sus máximos, este verano ha sido especialmente cálido para la Antártida, dijo Pelto. El continente ya ha visto dos olas de calor esta temporada, una en noviembre de 2019 y otra en enero de 2020, recordándonos que importantes eventos de fusión como estos se están volviendo más comunes a medida que el calentamiento global continúa sin control.