Desde que las misiones Apolo exploraron la superficie lunar, los científicos han sabido que los cráteres de la Luna son el resultado de una larga historia de impactos de meteoritos y asteroides. Pero solo en las últimas décadas hemos llegado a comprender qué tan regulares son. De hecho, cada pocas horas, un destello brillante indica un impacto en la superficie lunar. Estos destellos de impacto están diseñados como un "fenómeno lunar transitorio" porque son fugaces.
Básicamente, esto significa que los destellos (aunque comunes) duran solo una fracción de segundo, lo que los hace muy difíciles de detectar. Por esta razón, la Agencia Espacial Europea (ESA) creó el proyecto NEO Impactos lunares y transientes ópticos (NELIOTA) en 2015 para monitorear la luna en busca de signos de destellos de impacto. Al estudiarlos, el proyecto espera aprender más sobre el tamaño y la distribución de los objetos cercanos a la Tierra para determinar si representan un riesgo para la Tierra.
Para ser justos, este fenómeno no es nuevo para los astrónomos, ya que, según los informes, se han visto destellos iluminando secciones oscuras de la Luna durante al menos mil años. Sin embargo, solo recientemente, los científicos han tenido telescopios y cámaras lo suficientemente sofisticados como para observar estos eventos y caracterizarlos (es decir, tamaño, velocidad y frecuencia).
Determinar con qué frecuencia tienen lugar tales eventos y qué nos pueden enseñar sobre nuestro entorno cercano a la Tierra es la razón por la cual la ESA creó NELIOTA. En febrero de 2017, el proyecto comenzó una campaña de 22 meses para observar la Luna usando el telescopio de 1,2 m en el Observatorio Kryoneri ubicado en Grecia. Este telescopio es el instrumento más grande en la Tierra dedicado a monitorear la Luna.
Además, el sistema NELIOTA es el primero en utilizar un telescopio de 1.2 m para monitorear la Luna. Tradicionalmente, los programas de monitoreo lunar se han basado en telescopios con espejos primarios que miden 0.5 m de diámetro o menos. El espejo más grande del telescopio Kryoneri permite a los científicos de NELIOTA detectar destellos de dos magnitudes más débiles que otros programas de monitoreo lunar.
Pero incluso con los instrumentos correctos, detectar estos flashes no es tarea fácil. Además de durar solo una fracción de segundo, también es imposible detectarlos en el lado brillante de la Luna ya que la luz solar reflejada desde la superficie es mucho más brillante. Por esta razón, estos eventos solo se pueden ver en el "lado oscuro" de la Luna, es decir, entre una Luna Nueva y el Primer Trimestre y entre el Último Cuarto y la Luna Nueva.
La Luna también debe estar por encima del horizonte en el momento y las observaciones deben realizarse con una cámara de fotograma rápido. Debido a estas condiciones necesarias, el proyecto NELIOTA solo ha podido obtener 90 horas de tiempo de observación durante un período de 22 meses, tiempo durante el cual se observaron 55 eventos de impacto lunar. A partir de estos datos, los científicos pudieron extrapolar que se produce un promedio de aproximadamente 8 destellos cada hora en la superficie de la Luna.
Otra característica que distingue al proyecto NELIOTA es sus dos cámaras de marco rápido que permiten el monitoreo lunar en las bandas visibles y cercanas al infrarrojo del espectro. Esto permitió a los científicos del proyecto realizar el primer estudio en el que se calcularon las temperaturas de los impactos lunares. De los primeros diez que detectaron, obtuvieron estimaciones de temperatura que oscilan entre 1.300 y 2.800 ° C (2372 a 5072 ° F).
Con la extensión de esta campaña de observación hasta 2021, los científicos de NELIOTA esperan obtener más datos que mejoren las estadísticas de impacto. A su vez, esta información contribuirá en gran medida a abordar la amenaza de los objetos cercanos a la Tierra, que consisten en asteroides y cometas que pasan periódicamente cerca de la Tierra (y en raras ocasiones, impactan en la superficie).
En el pasado, la ESA ha monitoreado estos objetos a través de su programa de Conocimiento de la situación espacial (SSA), del cual el proyecto NELTIOA es parte. Hoy, la SSA está construyendo infraestructura en el espacio y en el suelo (como el despliegue de telescopios Flyeye en todo el mundo) para mejorar nuestro monitoreo y comprensión de los NEO potencialmente peligrosos.
En el futuro, la ESA planea pasar de monitorear NEOs a desarrollar estrategias de mitigación y defensa activa planetaria. Esto incluye la propuesta NASA / ESA Hera misión, anteriormente conocida como Evaluación de Impacto y Deflección de Asteroides (AIDA), que se lanzará en 2023. En las próximas décadas, también es probable que se investiguen otras medidas (que van desde la energía dirigida y misiles balísticos hasta velas solares).
Pero, como siempre, la clave para proteger la Tierra de futuros impactos es la existencia de estrategias efectivas de detección y monitoreo. A este respecto, proyectos como NELIOTA demostrarán ser invaluables.